sábado, 8 de agosto de 2009

Rolling Stones




Hay momentos en que se aloca el cliente y se aloca el proveedor, esto fue lo que ocurrio en 1981 durante la gira American Tour de los Rolling Stones, un admirador se subió al escenario para estar más cerca de sus satánicas majestades. En cuanto Keith Richards se percató del wey le surte un tremendo chingadazo que pocas veces uno tiene el honor de contar.

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