
Tenemos la extraña costumbre, el grupo de homo sapiens y erectus y un servidor, de reunirnos a tomar cafe en el Sangrons de esta Saltillera ciudad, y muy apesar del ojetismo de las meseras, la agua de la llave del café, lo pichicateros de los platillos y lo desafinado de la música, obtenemos buenas reflexiones, que no sirven para una chingada pero aqui estan...

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